Saber de finanzas tiene un único objetivo: saber administrar nuestros recursos para poder hacer frente a nuestras necesidades en cada etapa de nuestra vida con las mejores garantías.
En este artículo, se identifican los principios básicos a tener en cuenta para tomar mejores decisiones de inversión:
- Identifica tu perfil. Según Benjamín Graham, padre de la inversión en valor, “a la larga sólo es posible batir la rentabilidad media del mercado merced al azar”. Graham distingue entre el inversionista pasivo o defensivo, que invierte cautelosamente y compra a largo plazo, y el inversionista activo, que prima la rentabilidad frente a la seguridad. En cualquiera de los perfiles, invertir bien será tener un plan de inversión y seguirlo con disciplina.
- Hay que batir a la inflación. El principal enemigo de nuestro poder adquisitivo es la inflación. ¿Sabías que si has tenido el dinero “parado” en los últimos 20 años, has perdido más de un 40% de su valor? Según datos del INE: un 44,6% de 2001 a 2021.
- Tenemos que dejarnos ayudar por el interés compuesto. Cuando hacemos operaciones a interés compuesto, los intereses, en lugar de abonarse, se incorporan de nuevo al capital. De esta manera, la rentabilidad obtenida crece de forma exponencial. De ahí, una frase célebre de Albert Einstein: “el interés compuesto es la fuerza más poderosa del universo”.
- La diversificación es importante. La volatilidad de una cartera es inferior a la volatilidad de cada uno de los títulos que la componen. Cuando diversificamos entra otra variable en juego, la relación entre las variaciones de los títulos que componen la cartera.
- Invertir en renta fija no es invertir sin riesgos. El precio de los activos de renta fija es inversamente proporcional a los tipos de interés. Es decir, si suben los tipos de interés bajará el precio del activo. Asimismo, habrá que tener en cuenta la volatilidad: será mayor, cuanta mayor duración tenga el activo y menor, cuanto mayor sea el tipo de interés del cupón, si hay.
- La regla del 100 menos la edad. A modo orientativo, esta conocida regla establece que el porcentaje invertido en renta variable debería ser igual a 100 menos la edad de la persona. Así, una persona de 20 años debería tener invertido un 80% en renta variable.
- Nuestras decisiones son clave en la rentabilidad de una inversión. La rentabilidad obtenida viene producida tanto por el performance del gestor como por las decisiones del cliente o inversor de aportar o retirar fondos. Hay que definir un horizonte temporal, que influirá en la estrategia, en la rentabilidad y por supuesto, en el riesgo incurrido.
- Hacienda somos todos. Tienes que saber que del rendimiento obtenido Hacienda se quedará con un mínimo de un 19% en el mejor de los casos. Tenemos que ajustarnos a la ley, pero también podemos conocerla y adaptarnos a ella para pagar menos impuestos. En este artículo puedes ver cómo optimizar la fiscalidad de tus operaciones financieras.
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